Miradnos, corriendo de un lado a otro, siempre con prisas, siempre llegando tarde, así somos la raza humana, siempre compitiendo, y resulta que sólo encontramos nuestra felicidad buscando estrategias para conseguir que otros nos quieran, intentando ser los protagonistas de cada momento y buscando el destino en cada oportunidad. Quien encuentra esa conexión tan anhelada vive como en un cuento de hadas, pero eso sólo les ocurre a unos pocos, para el resto de la humanidad vivir es menos romántico, suele ser complicado y liado, se rige por meteduras de patas y oportunidades desaprovechadas y sobre todo por no ser capaz de decir lo que necesitas decir cuando debes decirlo.
Así somos, podemos perder la cabeza por un una ilusión, un deseo o un amor, soñamos con un momento perfecto, un futuro de ensueño y una vida mágica, olvidamos las cosas más vanas, sin tener tan sólo un minuto para echarle cuenta a lo que nos rodea, dándole importancia a cosas y a tiempos innecesarios para el alma, obligatorio para el ego, y a eso nos reducimos, competencias, egoísmo, chantajes, burlas, etc. para eso quedamos, para martirizar a los demás y así olvidar que los primeros frustrados en la vida somos nosotros, incapaces de conseguir lo que nos propusimos e incapaces de aceptar que era demasiado, inconformistas de la vida y unos abnegados de ésta.
Esas personas que no ponen altas metas en la vida, conformistas de lo sencillo y amantes de la vida, son los que ayudan a levantar cabeza a los que un día se creyeron reyes, convirtiéndolos en bellos príncipes y princesas de una realidad diferente, la de creer que es posible sin desear más allá de lo que se pueda poseer, sin pedir más agua de la que se pueda beber.
Dicen los viejos sabios, que somos seres espirituales, y que todos nuestros deseos materiales no son más que sombras, que nuestro cuerpo terrenal proyecta sobre la tierra.
Muy de cuando en cuando, en medio de tanto azar, ocurre algo inesperado que nos empuja hacia delante y la verdad, ahora empiezo a creer, ahora empiezo a sentir, que tal vez la prisa de los humanos no se deba a una carrera.
Este post quiero dedicárselo a todos mis amigos, a los del alma, vosotros sabéis quienes sois, a quienes han compartido conmigo más que una charla, más que una risa, a los que me vieron llorar y me ayudaron a levantarme, a los que me vieron reír y me acompañaron, a los que me vieron ser feliz y me quisieron, a los que me quisieron y se dejaron querer.
Que paséis una muy Feliz Navidad y un mejor Año Nuevo 2011
Os Quiero!
Palomis