La "excursión" se trataba de ir a visitar un centro resindencial de las proximidades, no voy a dar nombres ni por supuesto voy a hablar de lo que allí se nos contó, pues aunque aún no tenga título, el secreto profesional está vigente jejejeje, la visita no es algo descabellado, pues está acorde a lo que estamos estudiando, sólo que la palabra excursión abarca lo que allí precisamente no se iba a vivir.
En el curso de TASS, desde el primer momento te están mostrando como será la realidad, pero no nos vamos a engañar cuando digo que no es lo mismo que nos lo digan a que lo veamos... de verdad que no lo es! Las personas que hoy tuvimos la gran suerte de conocer están en un buen sitio, quizás unas instalaciones que necesitan una manilla de pintura, pero al ser pública las excusas para no arreglarlas son tantas que una pierde la cuenta... como todo. Las personas mayores están catalogadas como aquella que ya han vivido su vida y el tiempo suficiente y ahora tienen que estar ahí "recluidas" hasta que llegue su hora, y eso me parece algo horroroso.
El trabajo de un TASS (Técnico en Atención Sociosanitaria) abarca desde los cuidados básicos al usuario como podrían ser, aseo, comidas, paseos y demás, hasta trabajos sociales, ayudas en casa y fomento de la autonomía, no es un trabajo fácil y pocos están capacitados para ello, y he de decir que yo soy una de las que creo que no serviría para realizar la parte sanitaria aunque la social creo que se me daría bastante bien.
Allí en el centro me dí cuenta que la realidad superaba con expectativa lo que nos imaginábamos en clase, había momentos que para bien y momentos que no tanto, aún así, aquello era la realidad, con lo que tenemos que vivir y trabajar, al menos las prácticas, las cuales te pones a pensar si llevarlas a cabo o no, realmente es un trabajo duro.
Dentro del centro conocimos a varios residentes bastante dicharacheros y con una salud envidiable, el sonreír nuestro decían que "les alegraba la mañana" y las señoras nos deseaban que tuviésemos mucha suerte en todo, eso es muy bonito, como alguien sin conocerte te desea lo mejor.
La asistenta social que nos guió en la visita nos dijo que un profesional no se puede encariñar con sus pacientes... y eso es algo en lo que estoy en discordia, como no encariñarte con alguien que ves días tras días y a la cual le ayudas a tener una vida mejor?, se puede ser frío y distante como para no quererlos ni un poquito así?... lo siento pero yo creo que no!
Nos contó que en navidades pocos de sus residentes salieron del centro, sí, lo que leéis, estuvieron allí! No estuvieron mal, claro que no, pero el 24 de Diciembre es una fecha familiar, algo que a las personas que no tienen familia se le entiende que estén allí, pero y las que las tienen? Dónde están? de verdad pueden ABANDONARLOS así? Por no hablar de los que los abandonan por ahí a su suerte (gracias a Dios cada vez menos).
Al conocer estos casos uno se pregunta si la justicia existe y si algunas personas tienen un mínimo de cordura, vergüenza y civismo, ya que no entiendo cómo pueden tener el valor de abandonar a aquel padre o madre que lo ha dado todo por ellos por unas míseras vacaciones.
La pirámide generacional nos indica claramente que cada vez habrá más ancianos, eso indica que el día de mañana habrá más mayores que en la actualidad y que si ahora son "abandonados" el día de mañana incluso los que estén en sus plenas facultades también estarán internos en centros residenciales, por eso digo que lo que no quieras para tí, no lo quieras para nadie.
Mientras tanto, sólo veo una solución, construir más residencias públicas de ancianos, más hospitales y sobre todo hospitales exclusivos para personas mayores. Esta medida puede contribuir a crear puestos de trabajo y a la vez dar un trato digno a nuestros padres, con lo que muchas economías locales y provinciales se verían reforzadas.
Es una pena cuando nos damos de bruces con la realidad, pero más pena me dá que esa realidad la estamos creando nosotros mismos.
Un mayor es una fuente de sabiduría, no le cortes el riego.
Paloma
