miércoles, 21 de abril de 2010
¿POR QUÉ ESTAMOS CONTRA MCDONALD’S?
El 16 de octubre, día mundial de la alimentación, se celebra, también, el día mundial de lucha contra McDonald’s. A primera vista esto puede parecer un disparate: ¿Qué tiene esta empresa de especialmente malo? ¿No es otro berrinche más de los cuatro loquitos "contreras" que siempre se oponen a todo, por principio?
Pues no, no lo es. Las razones que tenemos contra McDonald's (y contra otras empresas multinacionales del rubro de la comida rápida, como Burger King, su competidora más cercana) son muchas y serias.
Resumiendo:
1. McDonald’s y las empresas similares destruyen el medio ambiente: La carne de las hamburguesas proviene de reses criadas en lo que antes fueron selvas tropicales de Centroamérica, deforestadas por esta empresa para la explotación ganadera, destruyendo recursos valiosísimos en aras de la ganancia inmediata.
2. McDonald’s y las empresas similares explotan y se aprovechan de la miseria de los pueblos de Centroamérica: Los trabajadores de las estancias mencionadas son peones mal pagados de situación laboral precaria, a los que no les queda otra opción que aceptar estas condiciones, empujados por la miseria.
3. McDonald’s explota y se aprovecha de la necesidad de sus propios empleados: Esta empresa aplica, con cajeros, mozos, parrilleros y demás empleados, una estricta política de "no huelgas, no reclamos, no sindicatos y no estabilidad", política que aplica sin restricciones a nivel mundial, sin importarle ni adaptarse a la legislación laboral de cada país. ¡Y todavía se supone que cada pueblo debe de estar agradecido cuando McDonald’s decida abrir una sucursal en su país, ya que "las inversiones" siempre son buenas (el dinero nunca hiede) y "generan empleo" (no importa en qué condiciones, también la esclavitud y la mita eran generadoras de empleo, hay que decirlo)! Que nuestros ridículos gobiernos latinoamericanos –que sólo son fuertes con el débil- se arrodillen ante cualquier multinacional no es nada nuevo, que el gobierno de los EEUU permita a las mismas multinacionales hacer y deshacer a su antojo tampoco, ya que siempre se ha guiado por la frase de Theodore Roosvelt "lo que es bueno para la General Motors...". Nos sorprende que también los baluartes europeos del "estado del bienestar", donde los derechos del trabajador eran una "conquista" al parecer irreversible (anda y fíate del Estado para que te defienda), lo permitan. McDonald’s está en la punta de lanza de la destrucción, a la chita callando, de los derechos laborales.
4. McDonald’s y otras empresas similares venden un producto básicamente dañino para la salud, y además buscan capturar al público infantil. La "comida chatarra" no es completa. Tiene serias deficiencias en el área de las vitaminas, sobre todo. Lo que no sería tan grave si se vendiera como un producto aislado, pero se vende como una alternativa completa de almuerzo y merienda ¡e incluso de merienda escolar! Un niño que casi todos los días almuerce o meriende comida de McDonald’s correrá un serio riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, por la cantidad de colesterol que tiene esta porquería. Qué , además, va acompañada de gaseosas que no alimentan, que están llenas de azúcares (que sólo engordan y atacan los dientes) y contienen cafeína, un ingrediente adictivo. Si a las tabacaleras se les exige que coloquen el cartelito "fumar es dañino para la salud" en las cajetillas y paquetes, ¿por qué no hacer lo mismo con McDonald’s y similares? Si una tabacalera buscara capturar al público infantil, ¿no nos parecería escandaloso? Se dirá que una hamburguesa de vez en cuando no hace daño, pero un cigarrillo una vez por mes o incluso por semana no creemos que cause tampoco ningún problema. Se dirá que esta comida, a diferencia del tabaco, no es adictiva (lo cual habría que comprobar) pero la marihuana tampoco genera más que una ligera dependencia psíquica, ¿por qué no somos coherentes y legalizamos la marihuana, permitiendo, además, que se venda a los niños?
5. Por último, McDonald’s y otras empresas similares generan una cantidad de basura impresionante. Esto es producto de todo su embalaje aparatoso y superfluo, nacido de su intención de presentar el local y la marca como "un mundo mágico" de dudoso gusto.
En conclusión, la lucha anti-McDonald’s no es un disparate ni mucho menos. McDonald’s y las empresas similares deberían cambiar radicalmente o desaparecer. Ahora, amigo consumidor, la pelota está en su campo. Usted paga con su dinero. Usted decide.
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1 comentario:
La comida de McDonalds y demás cadenas de comida rápida es una porquería....está buena, sí..pero a saber lo que nos estamos comiendo....Un saludo compañera!
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