Todos podemos tener un día de aquellos, uno de esos días miserables en los que nos sentimos horrible, malhumorado, solo y literalmente exhausto.
Días en los que nos sentimos pequeños e insignificante y todo parece fuera de nuestro alcance y tan sólo ponernos en marcha nos parece imposible, solemos ponernos paranoicos y creemos que todos están tras de nosotros, nos sentimos frustrados y ansiosos, nos mordemos las uñas y hasta somos capaces de comernos un enorme helado de chocolate. En esos días donde nos sumergimos en un océano de tristeza, estás a punto de llorar en cualquier momento y no sabes ni siquiera por qué, nos parece que andamos por la vida sin un propósito, no estamos seguro de cuánto tiempo más soportaremos y sólo queremos gritar fuertemente.
Días en los que nos levantamos pensando que nuestro aspecto es horrible, nos vemos más arruguitas, descubrimos que subimos algunos kilos, que nos olvidamos del cumpleaños de alguien muy importante, que dejamos pasar muchas oportunidades en la vida, que no tuvimos el apoyo de los demás cuando lo necesitamos… cualquiera que sea la razón estamos convencidos de que alguien allí arriba no nos quiere ¿Que se puede hacer?
Si somos como la mayoría de las personas, nos refugiaremos en la leve esperanza que tenemos de que las cosas se arreglarán, aunque creemos firmemente que jamás volverán a tocar nuestra canción, que nuestro tren no volverá a pasar, que nunca volverá a ser lo mismo, pese a esto, tenemos esperanza, y a partir de ahí todo puede darse nuevamente, y aunque suene a una locura,no lo es, porque sólo eres joven una vez y jamás se envejece dos veces.
¿Quién puede saber las cosas maravillosas que nos espera a la vuelta de la esquina? después de todo, el mundo está lleno de descubrimientos asombrosos, cosas que ahora ni siquiera nos imaginamos, amistades nuevas y únicas, perfumes deliciosos, apetitosos manjares para compartir, mayores conocimientos, mejores momentos… ¿Suena bien no?
Pero siempre hay más, la vida tiene muchas vueltas, y quedan muchos cosas por descubrir o redescubrir, como es el amor, y no me refiero al amor de atracción entre dos personas, si no a la oportunidad de seguir amando la vida, a los familiares, a los amigos, compañeros, al trabajo y a los hobbies, amor a todo lo bueno que nos concede la vida.
Pero hay que poner de nuestra parte, y lo primero es dejar de escapar de todos los temas difíciles, ya es hora de hacerle frente, ahora relajémonos y respiremos profundo, aceptar el hecho que debemos dejar atrás algunas cargas emocionales, intenta ver las cosas desde una perspectiva diferente, si otra persona ha hecho mal, ponernos de pie y decirles que eso no está bien y que no vamos a aceptarlo, si la culpa fue nuestra, pedir perdón, es de sabio rectificar.
Sentirnos orgulloso de ser como somos, sin perder la capacidad de reírnos de nosotros mismos, vivir cada día como si fuese el último, porque algún día lo será, no temer morder más de lo que podamos masticar, pero no pedir más agua de la que podamos beber, corre riesgos, pero sin caminar hacia atrás jamás, seguir siempre firme hacia delante, después de todo de eso se trata la vida, ¿no? Yo también lo creo¡
Por éstos motivos y por muchos más, aplicables a cada uno de vosotros personalmente, son los pilares que deben haceros fuerte en cada travesía que nos regale la vida, buena o mala siempre deben de acompañarnos, no olvidar lo vivido y aprender de lo recorrido, con ellos nos haremos con un camino fuerte, sabio, continuo, sin piedras que no podamos saltar.
Vive bien, busca lo bueno, ríe, sueña y comparte, y en homenaje a una amiga mía…¡ MUERDELE A LA VIDA!
Siempre Veleta
Paloma
1 comentario:
Paloma solo te puedo decir WOW! que lindo pensamiento y que perfecto para mi momento, gracias por compartir esas palabras tan llenas de sabiduria y verdad ! no se porque hoy justo hoy que lo necesitaba me mandaste a tu blog y mira lo que me encontre! Dios te bendiga y felicidades por tan lindos pensamientos. tu amiga mexicana Carmen Olivares
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